Me pongo las zapatillas en la oscuridad no para escapar del día,
sino para probar que merezco estar en él.
Cada zancada es una promesa hecha a un yo que aún no confía en mí.
Cada kilómetro, una prueba presentada ante un jurado invisible que nunca dicta veredicto.
Corro no por el viento, sino por el silencio que me persigue cuando me detengo.
Corro no hacia una meta, sino lejos de la pregunta que late bajo mis costillas:
¿Y si no soy suficiente tal como soy?
Este libro no es sobre running.
Es sobre lo que hacemos cuando creemos que no basta con respirar.
Es sobre el ruido que fabricamos para no oír el eco de nuestra propia ausencia.
Aquí no encontrarás consejos para correr más rápido.
Solo un espejo —empañado, imperfecto— que te invita a caminar, al fin, contigo mismo.
Nous publions uniquement les avis qui respectent les conditions requises. Consultez nos conditions pour les avis.