La inteligencia financiera comienza con la educación financiera. Y Robert Kiyosaki nos recuerda que "nuestras mentes son nuestros mayores activos". La educación financiera te da las herramientas para construir tu estado financiero personal... que te cuenta la historia de cómo estás manejando tu flujo de efectivo. El lenguaje del dinero puede ser confuso e intimidante. Pero, nos guste o no, el "dinero"--en todas sus formas y figuras--es parte de nuestras vidas diarias. Y cuanto más entendamos el dinero, y el lenguaje del dinero, más poder tendremos sobre nuestro futuro. Las palabras son las herramientas más poderosas que puedes poseer.
Desafíate a ti mismo--y a tu familia--a dominar el lenguaje del dinero. Las lecciones en este libro son simples y, como las de
Padre Rico Padre Pobre, me han guiado a lo largo de los años. Aprendí que el camino hacia la riqueza no se trataba de estar obsesionado con conseguir el trabajo mejor pagado o esforzarse por la próxima promoción y aumento de sueldo. Aprendí que mi destino financiero no dependía de mi jefe, un aumento de sueldo, la empresa, la economía o la suerte. Aprendí que podía tener el control.
ENGLISH DESCRIPTION Financial intelligence begins with financial literacy. And Robert Kiyosaki reminds us that "our minds are our greatest assets."
Financial literacy gives you the tools to build your personal financial statement... which tells you the story about how you are managing your cash flow. The language of money can be confusing and intimidating. But, like it or not, "money"--in all of its shapes and forms--is a part of our daily lives. And the more we understand money, and the language of money, the more power we have over our future. Words are the most powerful tools you can possess.
Challenge yourself--and your family--to master the language of money. The lessons in this book are simple ones and, like those in Rich Dad Poor Dad, they have guided me over the years. I learned that the path to wealth wasn't about being obsessed with getting the high-paying job or striving for the next promotion and pay raise. I learned that my financial destiny was not dependent upon my boss, a pay raise, the company, the economy, or luck. I learned that I could be in control.
