¡Infundir con vino puede ser un placer y una mejora para una buena comida, bebida y una buena comida! Cuando el vino se calienta, el contenido alcohólico y los sulfitos desaparecen, quedando solo la esencia impartiendo un sabor sutil.
El vino tiene tres usos principales en la cocina: como ingrediente de adobo, como líquido para cocinar y como saborizante en un plato terminado.
La función del vino en la cocina es intensificar, realzar y acentuar el sabor y el aroma de los alimentos, no para enmascarar el sabor de lo que está cocinando sino para fortalecerlo.
Para obtener los mejores resultados, no se debe agregar vino a un plato justo antes de servirlo. El vino debe hervir a fuego lento con la comida o la salsa para realzar el sabor. Debe hervir a fuego lento con la comida o en la salsa mientras se cocina; a medida que el vino se cuece, se reduce y se convierte en un extracto que aromatiza.
Recuerde que el vino no pertenece a todos los platos. Más de una salsa a base de vino en una sola comida puede resultar monótono. Use el vino para cocinar solo cuando tenga algo que aportar al plato terminado.
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