
«Dos años de tareas dominicales que prueban mi nula disposición a santificar las fiestas... Al releer estos artículos seguidos, me parece que he opinado demasiado». Estas palabras sirven de introducción a un Javier Marías insólito, cotidiano, atento a lo que ocurre a su alrededor y que atraviesa todos los estados de ánimo imaginables: lo vemos evocativo e indignado, a menudo pertido y bromista, pero también atribulado por la saña española que aún tiñe nuestro tiempo; melancólico, risueño, grave, irónico, compasivo o desengañado, siempre logra contagiarnos y no nos deja indiferentes con su Mano de sombra.
Javier Marías es novelista hasta cuando opina, y cree que para decir tan sólo lo que ya piensa la época por nosotros, lo consabido, más vale callarse. Así, sus artículos no exponen nunca lo previsible, porque, a diferencia de tantos otros escritores, él reflexiona como si contara, y permite que asistamos al discurrir de ese pensamiento con tanta intriga como se asiste al desenvolvimiento de una historia.
Nous publions uniquement les avis qui respectent les conditions requises. Consultez nos conditions pour les avis.